4/10/16

¿Óvulos congelados para todas las mujeres? [4-10-16]


¿Óvulos congelados para todas las mujeres?

  • Los expertos aseguran que cada vez más mujeres recurren a esta opción
  • El desconocimiento y el coste de la técnica frenan una mayor utilización del procedimiento

Podría ser una escena de una película de ciencia ficción. Una mujer de menos de 30 años que acude a una cita rutinaria con el ginecólogo se somete, como si se hiciera una citología, a un tratamiento hormonal para la posterior extracción y vitrificación de sus ovocitos, el gameto femenino que le permitirá ser madre por fecundación in vitro exactamente cuando quiera. Es el destierro definitivo de la machista expresión "pasarse el arroz" pero aún está lejos de ser un procedimiento generalizado. El desconocimiento de la población, así como el hecho de ser un proceso costoso -entre 2.000 y 3.000 euros- hacen que aún pocas mujeres se planteen esta preservación de la fertilidad por motivos sociales, aunque los expertos apuntan a que el número aumenta cada día.

La revista The Lancet recoge un completo resumen sobre el estado de esta alternativa y la reconoce como una opción frente al cada vez más acusado descenso de la fertilidad femenina relacionado con la edad. Para el director científico del IVI, Carlos Simón, que afirma recibir entre dos y tres pacientes al día que se interesan por esta opción, esta es una opción que deberían plantearse todas las mujeres que no haya sido madres a los 30 años. "Es una forma de disociar la edad biológica de la edad reproductiva", afirma.

Simón cree que todo son ventajas y explica que se trata de un procedimiento "muy fácil", que apenas puede durar 15 días y cuyo único punto débil es la operación necesaria para extraer los ovocitos, que se hace con sedación y requiere de una estancia hospitalaria mínima. "Ningún procedimiento médico está exento de riesgos al 100%", explica por su parte Miren Mandiola, directora de los laboratorios de reproducción asistida del Grupo Hospitalario Quirón, quien sin embargo especifica que el riesgo es "muy pequeño".

Pero ¿por qué fases ha de pasar una mujer que quiere preservarse la fertilidad con este método? Lo primero, explican los expertos, es una revisión ginecológica, consistente en una ecografía en la que se contabilizan los folículos antrales y se plantea el tratamiento hormonal para estimular la producción de ovocitos. Este tratamiento -que varía en función de la paciente y es personalizado- consiste siempre en la aplicación de inyecciones subcutáneas, que se puede poner la propia paciente, que ha de hacerlo durante entre siete y nueve días.

Durante ese periodo de tiempo, las visitas a la clínica de reproducción asistida serán frecuentes hasta que el médico establezca la fecha exacta en que los ovocitos estimulados están listos para su extracción. Esta se hace en apenas 15 minutos y, según explica Simón, es a través de la vagina, con un instrumento similar al que se utiliza en una ecografía vaginal pero que consta de una aguja, que es la que se utilizará para la extracción. "La sedación es mínima", comenta el experto.

Respecto a las posibilidades de éxito del procedimiento, es decir, de que la mujer consiga un embarazo cuando, en el momento en que ella decida, se someta a una FIV con semen de donante o de su propia pareja, rondan el 60%. También puede suceder que en la primera revisión se establezca que la mujer tenga una reserva ovárica baja, no acorde a su edad, y las posibilidades de éxito disminuyan.

Tanto Simón como Mendiola apunta a una edad menor de 35 años como la idónea para someterse a este procedimiento, aunque ambos señalan que se puede hacer más adelante, aunque tanto el número de ovocitos que se conseguirán como la calidad de los mismos será menor, algo que siempre se explica a la paciente.

Por supuesto, existe otro escollo para que el procedimiento no sea generalizado y es el coste. A lo que cuesta el proceso en sí -alrededor de 2.000 euros- habrá que añadir unos 1.000 más en concepto de medicación hormonal. Cuando la mujer decida ser madre más adelante tendrá que pagar el resto de la FIV, que suele rondar los 5.000 euros en total.

Pero si algo tienen claro los expertos, y también se apunta en el artículo de The Lancet, es que la opción no es plenamente conocida por las mujeres. Ni los ginecólogos hablan a sus pacientes del reloj biológico y su importancia a la hora de conseguir un embarazo ni las paciente lo preguntan, normalmente hasta que han intentado un embarazo natural y les cuesta conseguirlo. "Se debería hablar más de este tema, no tanto animar a preservar la fertilidad, que es una decisión personal, pero sí al menos de que existe un reloj biológico. Es algo que la sociedad no asume, desde los ginecólogos a los médicos de atención primaria", concluye Mendiola.

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