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29/10/17

La madre y su bebé se exponen a la muerte sin una atención inmediata [24-8-15]


La madre y su bebé se exponen a la muerte sin una atención inmediata

Sin asistencia médica, una mujer llega a pasar hasta 40 horas en trabajo de parto y corre riesgo de morir de cansancio obstétrico. Pasadas las 42 semanas, la placenta disminuye la cantidad de oxígeno que aporta al feto. Pacientes se quejan de “peloteo”.

“Es imperdonable que una mujer en pleno alumbramiento sea remitida de un centro a otro. Debe ser ingresada, así la mesa del director tenga que fungir de cama”, dijo un especialista.

Valentina ya tiene cuatro años, pero no habla, ni camina, mucho menos puede ir a la escuela. Ella sufre de encefalopatía estática hipóxica (daño psicomotor originado por falta de oxígeno en el cerebro) porque a Ingrid Pire, su madre, se le retrasó la hora de dar a luz debido a la falta de asistencia médica.

El parto es un trabajo y de ello no cabe la menor duda. Se desarrolla en una jornada que, de acuerdo a las circunstancias, puede extenderse por más de un día. Hay dolor, esfuerzo físico, sudor y gritos de desesperación para obtener un resultado.

Todo un proceso que puede finalizar en la muerte o afecciones graves a los involucrados (madre e hijo) si —como le ocurrió a Valentina— no se recibe la respectiva atención médica.

Al menos eso es lo que deja claro la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando señala: “La asistencia especializada es fundamental tanto para el recién nacido como para la madre. Una atención obstétrica adecuada garantiza que el nacimiento no sea traumático y reduce las probabilidades de mortalidad”.

Sin embargo, en el estado Zulia, son numerosas las quejas de la colectividad por el conocido “peloteo”, palabra que, en la jerga popular, se emplea para definir la constante remisión de pacientes de un centro asistencial a otro por falta de camas, incubadoras o cualquier otra causa.

“Si la mujer no llega con el muchacho afuera nadie la asiste”, vociferó, días atrás, Heiderson Áñez, esposo de una parturienta que se paseó por tres hospitales marabinos antes de finalmente dar a luz, el pasado 17 de julio.

Proceso

El parto es el proceso mediante el cual el feto, la placenta y las membranas dejan el útero, cruzan por el canal de parto y salen al exterior..

“El embarazo dura 40 semanas aproximadamente. Puede llegar a las 42 o adelantarse en las 38. Cuando pasan las 42 semanas, después de la última regla, la placenta —que ya ha cumplido su vida útil— comienza a disminuir la cantidad de nutrientes y oxígeno que aporta al producto fetal”, explica José Oberto Leal, jefe del servicio de obstetricia y ginecología del Hospital Chiquinquirá y coordinador de la zona centroccidental del Centro Latinoamericano Salud y Mujer (Celsam).

Sufrir la acción del trabajo de parto sin lograr la culminación a su tiempo expone al bebé a una serie de agresiones conocidas como sufrimiento fetal que generalmente deja lesiones graves en el cerebro del niño..

“Muchos de los casos de parálisis cerebral que vemos hoy en día se originaron por sufrimiento fetal”, asegura el ginecbstetra, Eduardo Baena.

Al bebé puede faltarle oxígeno, padecer por una alteración de sus parámetros hemodinámicos que conducirían, en el peor de los casos, a la muerte o a retardos de tipo psicomotor, es decir, sus movimientos no estarán acordes con los de un niño de su edad, habrá debilidad en sus miembros y retardos mentales, que pueden ir de leves a agudos.

“Otra de las consecuencias de que a un bebé se le pase la hora del parto es la ingesta de líquido fecal, pues las contracciones pueden provocar que el niño defeque dentro de la placenta un líquido oscuro conocido como miconio, que le ocasiona afecciones cerebrales como la hipoxia cerebral”, señaló Marcos Levy, especialista en gineco-obstetricia y fertilidad.

Parturienta

El proceso de parto en su totalidad dura entre 8 y 12 horas, pero sin la atención médica adecuada una mujer llega a pasar hasta 40 horas en este trabajo.

Eduardo Baena asegura que una situación como ésta es propicia para que la parturienta fallezca por cansancio obstétrico.

“Es como si una persona pasara 40 horas trabajando sin parar, gastando energías y sin comer. El organismo se cansa y se detiene”, indicó.

Otra de las consecuencias mortales para la mujer es la eclampsia o alteración de la tensión, que viene acompañada de convulsiones y que provoca una abolición más o menos completa de las facultades sensitivas e intelectuales de la mujer.

La falta de asistencia y de antibióticos también constituye una puerta abierta para una contaminación séptica del aparato reproductor de la madre.

Los especialistas coinciden en que las complicaciones durante el parto son multifactoriales y pueden terminar en la muerte. Al respecto, el Ministerio de Salud señala que las probabilidades de mortalidad materna disminuyen en un 79% con una asistencia especializada.

“El parto es un trabajo terrible. Ninguna mujer que esté en este proceso debe dejar de ser atendida por un especialista. Es una acción imperdonable que una mujer en pleno alumbramiento sea remitida de un centro asistencial público a otro. Debe ser ingresada allí, así la mesa de la oficina del director del hospital tenga que fungir como cama”, manifestó Eduardo Baena.

No obstante, aclaró que no es lo mismo que una paciente esté en trabajo de parto a que ella crea estar en trabajo de parto.

“Si la mujer realmente está en proceso de dar a luz, debe ser ingresada llueve, truene o relampaguee. Si aún le falta un día, queda a criterio del médico darle o no una cama, considerando la alta demanda de parturientas que tiene un hospital público”.

Los médicos señalan que en ocasiones se inicia una guerra entre el paciente y el especialista. El primero dice que va a dar a luz y el segundo dice que aún le falta.

José Oberto expone que el parto es un trabajo conjunto entre la madre y el hijo, cuyos organismos llegan al acuerdo de que el feto debe salir.. Entonces el producto fetal busca el exterior y el cuerpo de la madre lo empuja a alcanzar el objetivo.

Explicó que existe una serie de factores que indican al médico si la madre está o no lista para el embarazo, como el tacto, por ejemplo.

Sin embargo, es conveniente que la mujer lleve siempre consigo un almanaque menstrual para constatar cuándo fue su última fecha de regla y saber con precisión el tiempo de gestación que tiene.

También es preciso que el especialista verifique el estado de la madre y la asista inmediatamente, no sea que el producto padezca un sufrimiento fetal como Valentina.


20/4/17

El feto aprende la entonación del idioma materno [20-4-17]


El feto aprende la entonación del idioma materno

Un estudio encuentra que los recién nacidos franceses y alemanes muestran patrones de llanto que imitan el idioma de los padres

Después de apenas algunos días de haber nacido, los bebés lloran con patrones de entonación que reflejan el idioma hablado por sus padres, según muestra una investigación reciente.

La conclusión de los investigadores alemanes es que los fetos escuchan de cerca el idioma de sus madres durante el último trimestre del embarazo, lo que crea las bases para el aprendizaje del idioma incluso antes de nacer.

Al analizar los sonidos del llanto de los recién nacidos, los investigadores encontraron diferencias distintivas en los patrones de entonación de recién nacidos alemanes y franceses. Dicho de otra manera, los bebés alemanes lloraban de una manera que se reconocía como "alemana", mientras que los franceses tenían patrones de llanto decididamente "franceses", según el estudio, que aparece en la edición en línea del 5 de noviembre de la revista Current Biology.

"El dramático hallazgo de este estudio es que los recién nacidos humanos no solo son capaces de producir distintas melodías de llanto, sino que prefieren producir los patrones de melodía que son típicos del idioma del ambiente que han escuchado durante su vida fetal, en el último trimestre de gestación", aseguró en un comunicado de prensa del editor de la revista la autora principal del estudio Kathleen Wermke, de la Universidad de Wurzburgo.

Janet DiPietro, psicóloga del desarrollo y decana asociada de investigación de la Facultad de medicina Bloomberg de la Johns Hopkins, afirmó que el estudio es "fascinante".

"Es completamente posible", afirmó DiPietro. "El alemán y el francés difieren en ciertas propiedades fundamentales. El hecho de que los investigadores pueden demostrar que el llanto fetal también difiere en esas propiedades fundamentales es bastante interesante y convincente".

Lo siento, papá. La mayor parte de la influencia probablemente proviene de mamá, apuntó DiPietro. Aunque el feto puede escuchar la voz del padre, ya que de hecho los sonidos de tono más grave de la voz masculina pasan mejor a través del abdomen que las voces femeninas de tono más agudo, la voz de la madre también se transmite internamente, a través de la vibración de sus cuerdas vocales.

"Sabemos que la voz materna es el estímulo externo más destacado para el feto", señaló DiPietro.

Investigadores alemanes grabaron los llantos de sesenta recién nacidos de padres franceses o alemanes. Los bebés tenían entre tres y cinco días de edad.

Un análisis del patrón del sonido reveló de forma indiscutible diferencias en las "melodías de llanto" de los recién nacidos. Aunque los recién nacidos franceses tendían a llorar con una curva ascendente (de baja a alta), los alemanes tenían una inflexión descendente (de alta a baja).

Los patrones coinciden con los patrones de inflexión de los dos idiomas, según el estudio. El francés se caracteriza por un tono creciente el final de palabras y muchas frases, mientras que el alemán presenta tonos descendientes.

Investigaciones anteriores han mostrado que los fetos pueden formar recuerdos en el útero que son importantes para el aprendizaje temprano, afirmó Kenneth Gerhardt, profesor de audiología y decano asociado principal de la facultad de estudios de postgrado de la Universidad de Florida.

Un estudio anterior notó un cambio en el ritmo cardiaco fetal cuando escuchaba una voz conocida. Otros estudios han mostrado que poco después del nacimiento los bebés prestan más atención a las voces de sus madres que a otras voces, lo que respalda la idea de que el feto desarrolla memorias de la voz materna in útero.

"Se trata de un estudio válido y una manera acertada de observar las memorias que se forman en el útero", aseguró Gerhardt. "Los investigadores están en lo correcto al afirmar que es probable que esas memorias ocurran al inicio del tercer trimestre de embarazo. Es en ese momento cuando el sistema auditivo apenas comienza a responder a las señales acústicas".

Estudios anteriores han mostrado que bebés de doce semanas pueden imitar los sonidos vocales de los hablantes adultos. Pero los bebés más pequeños carecen de la coordinación muscular para producir el nivel de control vocal necesario para hacerlo, según el estudio.

Imitar la curva melódica es más sencillo.

"La imitación de la curva melódica, al contrario, depende sólo de mecanismos respiratorios y laríngeos ben coordinados, y no se ve limitada por la inmadurez de articulación", escribieron los investigadores. "Los recién nacidos probablemente están altamente motivados para imitar la conducta de la madre con la finalidad de atraerla y por tanto fomentar la vinculación".

El concepto de que los fetos pueden aprender no respalda reproducir música clásica para su hijo no nacido o el uso de "sistemas de aprendizaje fetal", que se mercadean como una manera de dar a los bebés una ventaja al reproducir ciertos sonidos a través del abdomen.

"Hace algún tiempo que sabemos que el feto es capaz de cierto aprendizaje, pero no significa que haya que enseñarles cosas", apuntó DiPietro. "La gente llega a esa conclusión. Pero entre los que hacemos investigación fetal, somos unánimes de que es una idea terrible poner altavoces en el abdomen y reproducir estímulos para el feto. No hay evidencia de que funciona, y se pensaría que podrían incluso dañar el desarrollo al interrumpir el sueño fetal".

21/2/17

La obesidad de la madre amenaza la vida del hijo [21-2-17]

La obesidad de la madre amenaza la vida del hijo

    * La diabetes, la preeclampsia y las cesáreas son más frecuentes en obesas
    * El riesgo de mortalidad de sus hijos duplica al de la población con peso normal


El 38% de las mujeres europeas tiene sobrepeso u obesidad, una situación que no sólo afecta a su salud sino que puede tener graves consecuencias para su descendencia. Un trabajo señala que el exceso de peso de la madre durante los primeros meses de embarazo aumenta el riesgo de muerte del bebé antes de nacer y durante el primer año de vida.

"Este estudio ha detectado que el riesgo de muerte fetal e infantil era entre dos y tres veces superior para las madres que eran obesas al inicio del embarazo frente a aquéllas que tenían un índice de masa corporal (IMC) recomendado", señalan los autores en las páginas de la revista 'Human Reproduction'.

Esta conclusión surge del análisis de los datos obtenidos durante tres años en la región norte de Inglaterra. En ese periodo, se registraron algo más de 42.000 embarazos de los que 30.000 cumplían con los requisitos para formar parte del estudio.

Los autores, procedentes de la Universidad de Newcastle (Reino Unido), comprobaron que este riesgo de muerte fetal e infantil aumentaba cuando el IMC de la madre superaba los 23 kg/m2. A partir de ese umbral, por cada unidad que crecía el IMC, la mortalidad se incrementaba un 6%-7%. Por encima de 30 kg/m2, cuando se considera obesidad, el riesgo se triplicaba.


Más problemas hipertensivos

Según el trabajo, una de las razones que podría explicar este aumento de la mortalidad es que las mujeres obesas sufrían con más frecuencia preeclampsia, un trastorno caracterizado por el aumento de la tensión arterial y la presencia de proteínas en la orina, que puede causar la muerte del niño y de la madre.

Estudios previos han observado que la obesidad de la madre también se relaciona con una mayor tasa de malformaciones congénitas, diabetes y partos por cesárea, factores que pueden condicionar la salud y supervivencia de los niños.

Esta situación "no sólo se da cuando la madre llega al embarazo con un exceso de peso, también cuando gana demasiados kilos durante éste", asegura José Luis Neyro, ginecólogo del Hospital de las Cruces (Bilbao). "Por encima de 15 kg, aumenta el riesgo de que aparezcan problemas que pueden tener consecuencias sobre la salud del feto".


Controlar el peso para prevenir

"La clave está en que las mujeres deben recibir ayuda para alcanzar un peso saludable antes de quedarse embarazadas o después de que el bebé nazca", ha señalado Ruth Bell, principal autora del trabajo. "Nuestra investigación muestra que esto le dará al niño el mejor comienzo posible en la vida".

Para ello, "es muy importante la visita preconcepcional, en donde se pueden vigilar temas como el sobrepeso", señala Neyro. "Si las mujeres tienen posibilidades de planificar sus embarazos, deberían esperar a estar en un peso normal para concebir", añade.

"Dada la creciente prevalencia de la obesidad entre las mujeres embarazadas, se puede predecir un aumento de las tasas de abortos espontáneos, muertes fetales y mortalidad infantil", advierten los autores. "Las mujeres deben ser advertidas de los riesgos de afrontar una gestación con un IMC alto y deben recibir apoyo para controlarlo", concluyen.

16/8/16

La lactancia reduce el riesgo de diabetes materna [16-8-16]


La lactancia reduce el riesgo de diabetes materna

Las mujeres que dan el pecho a sus hijos durante más tiempo tienen menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (antes llamada del adulto), según concluye un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA). El trabajo señala además que amamantar al bebé también reduce la resistencia a la insulina y usar medicación para impedir la lactancia "podría aumentar el riesgo de contraer la diabetes de adultos".

La investigación, dirigida por Alison M. Stuebe, del hospital Brigham de Boston (EE UU) y realizada a partir de los datos de 150.000 enfermeras estadounidenses, revela que el acto de amamantar absorbe mucha energía y mantiene estabilizados los niveles de azúcar. El análisis de los datos de las mujeres que habían sido madres en los últimos 15 años refleja que estas mujeres reducían sus posibilidades de padecer diabetes en el 15% por cada año de lactancia.

El estudio realizado pone de manifiesto, además, que la lactancia supone una elevada actividad del metabolismo de la mujer, con un gasto de unas 500 calorías al día para producir la leche. "Una mujer con dos hijos y que amamantó a cada uno durante al menos un año, podría reducir su riesgo de diabetes en cerca de un tercio en años posteriores", precisa el estudio.

En la actualidad hay en el mundo 124 millones de personas que padecen diabetes mellitus y esta cifra puede llegar a los 300 millones en el año 2025 a causa del incremento del sedentarismo y las dietas desequilibradas, así como a la mayor esperanza de vida de la población.

Otra investigación publicada en Environmental Health señala que la exposición a elevados niveles de agentes contaminantes orgánicos persistentes (POP), presentes en alimentos como los pescados grasos, se relaciona asimismo con un mayor riesgo de sufrir diabetes tipo 2.